Copyrights. Asesoría David Barrera: Economistas Expertos en Asuntos Fiscales, Contables y Mercantiles,
2025. Todos los derechos reservados.
En las últimas décadas, el sistema fiscal internacional ha experimentado cambios significativos debido a la globalización y la digitalización. Estas transformaciones han obligado a los países a reconsiderar sus políticas fiscales y a encontrar nuevos equilibrios que permitan una justa recaudación de impuestos en un mundo interconectado. El Proyecto BEPS, liderado por la OCDE, fue un importante paso en esta dirección, buscando abordar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios por parte de las multinacionales.
El Proyecto BEPS ha logrado establecer medidas que buscan evitar la planificación fiscal agresiva mediante recomendaciones y marcos para la cooperación internacional. Sin embargo, también ha revelado los desafíos inherentes a la implementación de un sistema verdaderamente coordinado a nivel global, especialmente frente a decisiones unilaterales de potencias económicas como Estados Unidos, que bajo la administración Trump ha mostrado reticencias a seguir ciertos lineamientos internacionales.
El segundo pilar de la reforma, conocido como BEPS 2.0, introdujo propuestas innovadoras, incluyendo un impuesto mínimo global para asegurar que las empresas multinacionales paguen un porcentaje fijo de impuestos sin importar dónde se encuentren. Este ha sido un esfuerzo por minimizar la competencia fiscal desleal entre países. Sin embargo, la implementación de esta regla ha encontrado resistencias significativas, particularmente desde que Estados Unidos decidió apartarse del acuerdo global, impactando la viabilidad de las reglas establecidas.
La falta de consenso global ha generado un entorno de incertidumbre fiscal a nivel internacional. Países como Estados Unidos han optado por políticas más proteccionistas y unilaterales, proporcionando una clara evidencia de las complejidades implicadas en la regulación fiscal global. Esto ha llevado a otros países a adoptar medidas unilaterales que podrían incrementar las tensiones comerciales, inesperadamente afectando la economía global. Aprende sobre nuestras soluciones fiscales para adaptarte a estos cambios.
Con el aumento de políticas fiscales unilaterales y proteccionistas, las empresas y los gobiernos enfrentan un reto complejo. Mantenerse al día con las legislaciones cambiante y anticipar sus impactos se ha vuelto crítico. En este contexto, utilizar estrategias como los «safe harbours«, que permiten adoptar cumplimientos regulatorios simplificados, puede ofrecer un margen de maniobra mientras el entorno global se estabiliza.
Además, la necesidad de mantener flexibilidad fiscal y adaptarse rápidamente a los cambios es fundamental para las empresas. Aquellas que logren desarrollar una planificación fiscal proactiva, considerando a la vez las políticas locales y las tendencias internacionales, se posicionarán mejor para enfrentar los desafíos impuestos por la actual dinámica global. Considera nuestras soluciones empresariales para una planificación adecuada.
La fiscalidad internacional se encuentra en un proceso de ajuste continuo que refleja las tensiones y acuerdos entre distintas naciones. Aunque puede parecer complicado, lo fundamental es entender que los cambios buscan una distribución más justa de los impuestos a nivel global. Las empresas deben adaptarse a estas normativas para no verse afectadas negativamente por cambios repentinos o inesperados en la legislación.
Para quienes no están familiarizados con los términos técnicos, es suficiente con saber que hay un esfuerzo constante para que las corporaciones paguen impuestos que reflejen mejor sus operaciones alrededor del mundo. Esto tiene un impacto directo en los servicios públicos y en cómo los países financian sus economías.
Para los expertos en fiscalidad, las implicaciones de BEPS 2.0 y las decisiones unilaterales de algunos países, como Estados Unidos, presentan desafíos significativos en la planificación fiscal estratégica. Las medidas de redistribución de beneficios de BEPS 2.0 todavía ofrecen un marco importante para adaptarse, pero requieren de ajustes continuos para reflejar las realidades políticas y económicas actuales.
El papel de la OCDE como árbitro global está siendo cuestionado, y las empresas deben anticipar cómo estas tensiones impactarán en su planificación fiscal. La identificación de oportunidades para aprovechar «safe harbours» y la profundización en el análisis de las tendencias fiscales globales será clave para sustentar la competitividad y cumplimiento normativo. Para más detalles, explora nuestro blog sobre transformación fiscal.
Confía en Asesoría David Barrera para todas tus necesidades fiscales, contables y mercantiles. Expertos en satisfacer a empresas y autónomos con soluciones efectivas.